NO TIENE VUELTA
DE HOJA
-EL NACIMIENTO
DE UN NIÑO-
(Para el Boletín
de la Cofradía del Santísimo de La Alberca Nº 24/Navidad-18)
Hoy, apenas
nacen niños en nuestros pueblos y menos en casas de sus padres. Nacen en los
hospitales de las grandes ciudades. Hay menos niños, aunque son mejores las
condiciones sanitarias para la hora del
nacimiento.
Nosotros, los
que hemos nacido en la Calle del Tablado, Llanito, Chorrito, pongamos por caso,
añoramos nuestro lugar de nacimiento. Y así, cuando nacía un niño en La Alberca
le preguntaban a Don Luciano, a María la partera de Pale o a la siempre
dispuesta y servicial Luisa la Pitoca, ayudantes de partería, que es lo que
había tenido la Juani, la Carmen, la Manuela,…
¡Ha sido un
niño! ¡Un niño! Y corría, en seguida la voz por todas las calles del pueblo. O
una niña, si había sido una niña. ¡Estaban deseando tener una hermanita!
¡¡Ha nacido un
niño!!
El regocijo se
extendía por todo el pueblo y se esperaba el día del bautizo. “¡Yo no me pierdo
los caramelos…!” Pues estos, van a dar chocolate. Y quienes eran más humildes,
así lo decían: “¡Los caramelos a la rebatiña! Y que los coja el que pueda…
La alegría era
unánime, había nacido un niño. Y un niño, así lo diría la Luisa “siempre viene
al mundo con un pan bajo el brazo” –sabiduría popular que no falla-
El día de Navidad,
en nuestro pueblo, se va a besar, después de misa Mayor, el piececito del Niño
Jesús y si se ha puesto el Nacimiento te contamos lo que vimos un año y nos
contó así, más o menos, la Tía Triz:
“ En el Portal
del Belén
Hay fiestas por
todo lo alto
Un arriero de la Alberca
-¿Le veis?---,
decíamos: sííí..-
Le lleva diez
mil regalos:
El cerdo de chocolate
“Turruletes”, mantecados.
Choricillos de Fermín
Obleas, peras, tomates,..
Ofrendas en celemín.
El vinillo de Marcial.
Del Porru, también del Fraile
Las coplas de Manolín.
De Marchena el recitado,…
-Muchos de estos
personajes, ya han desaparecido, por desgracia.-
¡Todo está
fenomenal!
Para que sea
bien criado.
¿A que el cuento
os ha gustado?...
Y aquí, nos decía:.. ¡Finnn!”.
Bien, pues el
Niño Jesús no nació en un hospital, sino quiso venir al mundo en el lugar más
cercano que a la Virgen le cogió de paso, un establo. Y no fue la partera la
que dio la noticia, sino un ángel se encargó de este menester.
El beleño,
apelativo para un lugar determinado, igual que decimos albercano, nació para
redimir a toda la cristiandad.
Nosotros, los
albercanos, aunque algunos hoy estemos lejos de nuestro lugar de nacimiento, no
lo olvidamos, esa es la mejor evocación de gratitud que podemos hacer a nuestra
propia identidad.
MAGNÍFICAS FOTOS DE ROSA GÓMEZ
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