VIVENCIAS
DE SEMANA SANTA
Leyendo
este magnífico boletín, el número 25 que realiza nuestro amigo Pedro Becerro
para tiempos de Semana Santa, nos vienen a la memoria aquellas procesiones tan características de nuestro pueblo. Las recogía de una forma
disimulada alguna televisión belga como se comentaba.
Pero
ante todo, eran íntimas, del pueblo, que asistía en masa o se quedaban en casa viéndolas entre
visillos, en la entrepuerta de un portalón o los menos aficionados cerrando los
ventalones del bar y comentándolas en silencio.
Quienes
asistían con devoción, sabían que se vivían momentos, al pasar por ciertos
lugares, muy intensos; el recogimiento sobrecogía al ver a aquellos devotos que
con sus largas capas y hachones de cera encendidos mostraban signos de gravedad en sus rostros. La
mujer albercana caminaba detrás de los pasos tapándose, algunas, la cabeza con
pañuelos negros que anudaban y entrelazaban en sus
gargantas cual si fueran virgencitas salidas del mismo instante de la pasión.
Y
surgía, del fondo lejano de la procesión un coro de voces lánguidas y tristonas
que entonaban “el perdona tu pueblo Señor”; este poco a poco iba invadiendo el paso
y lento caminar de los asistentes, que
entre las pisadas de sus piedras y algún lamento cercano de ¡Ay, Señor! Vivía y
revivía los más íntimos momentos de la Pasión.
¡Y
qué tendrá este “Perdona tu pueblo” que se canta con tantísima intensidad y
emoción! No quiere ver a Cristo enojado entre tanto sufrimiento. Heridas de
pies y manos, azotes, clavos, espinas...
Y
ladra un perro, desde dentro de una cuadra, asustado por tal acontecimiento. No
deja de ladrar; de pronto calla, seguro al mandato del amo, que dice: “los
perros huelen la muerte de una persona” ¿Es posible que sienta que estos cánticos
anuncian su muerte? Hay quien dice que los perros lo huelen todo ¿Olerán
también los pasados acontecimientos de la historia, igual que lo hacen ante
ciertos momentos posteriores?
Leyendo
el boletín de Pedro se nos ha ido pasando el tiempo y la procesión. Eso sí,
hemos querido buscar esta musiquilla para revivir mejor el ambiente; las voces
del larguísimo coro permanecen en nosotros y en el tiempo.
¡Mañana
saldrá Juítas! Al día siguiente el Santo Entierro. Y vendrá la Resurrección con
el hornazo, la fiesta del Pendón y…¡Señor, perdona tu pueblo que esto no hay quien lo remedie…!
(VER BOLETÍN Nº 25 DE LA COFRADÍA DEL SANTÍSIMO ALBERCANA)
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