domingo, 27 de diciembre de 2020

CUENTOS DE FIN DE AÑO --- EL FLAUTISTA DE VEGAMOSQUÍN


 













CUENTOS DE FIN DE AÑO

EL FLAUTISTA DE VEGAMOSQUÍN

 

Yo no sé, cual es la causa, me dice un paisano de La Alberca,  no hacemos más cercanas las cosas de nuestro pueblo  y cada vez que contamos una hazaña, un  cuento o una historieta a nuestros pequeños, les ponemos palabras como Hamelín, que yo no sé ni  dónde está eso, ni “pa”donde cae.

Bueno, pues si sabemos dónde está Vegamosquín. ¡Agarrémonos a esa zona del pueblo  que es más cercana y familiar.

Resulta que por los años 50, había tantísimas moscas en nuestro pueblo que hasta tenía fama por ello. “En que se aparece La Alberca a una mosca, se decía en plan de guasa, en que La Alberca es típica y la mosca “ti pica”. El dicho no es que tuviera gracia pero reflejaba una realidad.

Años después, con el alcantarillado  y los inconvenientes que se ponían para que los animales anduvieran por las calles- burros, gallinas,…- fueron desapareciendo- eso es lo que algunos dicen y cuentan.

Aunque yo me creo más la versión del flautista que pasó por el pueblo, se presentó en la Casa Consistorial y exigió la pasta correspondiente si es que querían tener turismo. Y, en efecto, lo convenido. El flautista les dijo que se las iba a llevar a  Vegamosquín pero que si no le pagaban a su debido tiempo, volverían otra vez a reposar en las faldas, chambras, de algunas señoras mayores. Que para ello dejaba un retén de ellas en la Dehesa  y en efecto allí siguen esperando hasta que se salde el final de la deuda.

Ya van quedando muy pocas, pues las cuadras  se han ido adecentando.

Que desaparezcan todas es más difícil. Pero la pena es que se comenta que el Ayuntamiento quiere comprarle un dron a uno de Cepeda que después de estar en Alemania se ha vuelto para acá. Desaparecería el flautista lo mismo que pasó con el Alguacil de años anteriores. Su capa-chambra quedaría pasada de moda y la pluma de su gorro no tiene el mismo “calibre” que el que utiliza Juítas.

 La última idea que se comenta es coger a un flautista temporero y de ocasión por diez años que sea la misma persona que el “capaó” de cochinos, que tampoco ha vuelto por el pueblo,  y entre los dos oficios podría ir tirando algo mejor, ya que el turismo decae y los puestos de trabajo no salen a concurso.

“Esperemos que cuando acabe “el pan de Demia” –nos asegura el buen paisano, junto con el Flautista de Vegamosquín, el Tío Del¨Unto” y el Patageno recobren su contrato fijo, con derecho a sexenios, paga extra y pensión de jubilación”.

Cualquier parecido con la realidad, no es pura coincidencia.

 Recuperación de la memoria de --- ISIDRO BARCALA


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