EN TORNO AL HABLA Y LA CULTURA POPULAR
Esta estupenda fotografía de Martín
Cilleros, hijo de Pilar, nos sirve como motivo para tratar algunos aspectos de
la cultura y el habla popular. Que en un pueblo se utilicen palabras antiguas,
auténticas joyas del lenguaje que tristemente van desapareciendo y
sustituyendo, a veces por anglicismos y modismos de habla más actuales. No
quiere decir que se haya hablado mal, al revés es un orgullo su buena herencia
y el uso de las mismas.
Se habla mal cuando en vez de decir
pechar, por ejemplo, se escribe “pechal”. Lo mismo podríamos decir de parva, de
parvus pequeño y de ahí viene parvedad, parvulario,…Parva es mies tendida en la
era y dispuesta para ser trillada. Parvo es pequeño y
párvulo una monada de niño. Escribir “palva” es no decir nada, tener mal
oído en la copia. La pronunciación puede ser más o menos llevadera, la
escritura responde a unos cánones que se deben de conocer antes de utilizar el
vocablo correspondiente.
Lo mismo sucede con “biendro”,
desconocemos ese término. En La Alberca dicen y utilizan el bieldo, un
instrumento para beldar o aventar la mies, formado por un palo largo con otro
pequeño provisto de cuatro dientes o puntas.
Hay muchas palabras del castellano que
con el tiempo han caído en desuso, están como perdidas, pero un buen día pueden
volverse a encontrar. Estos dichos, vocablos y frases hechas del vocabulario
albercano guardan el tonillo, el deje o el acento como se quiera llamar, propio
de nuestro lugar.
No debemos de omitir el entrecomillado para
distinguir dichos términos o también destacarlos en letra cursiva.
Andancio es una palabra ya en desuso que
se utilizaba mucho en La Alberca para señalar una enfermedad epidémica leve.
Enriar es meter en el agua por algunos
días el lino, cáñamo o esparto para su maceración. Si los pies en el agua del
río los metía una moza –atinada forma de expresión-, ya le tocaría después ir a
su madre a decirla que estaba “enría” por un descuido.
A ringar –separado- es derrengar,
torcer, inclinar. Endilgar es acomodar, dirigir. Trashoguero con hache. Cuarterones, cuarta parte, son cada uno de los tableros de las puertas y ventanas.
Guipar, vulgarismo, ver. Aburar, quemar.
Faltriquera, bolsillo que se atan las mujeres en la cintura. Escardillo, azada
pequeña. Escardar, entresacar las hierbas. Antiparras, gafas. Bandujo, serano,
corretaje, capullina,…
Me encanta buscar en el diccionario palabras
como: escanciar, degüello, coscorroneros, sahumerio, hornazo, colgaduras,
amasar, albardas, albarcas, cuquear, anguarina, zambulerio,…
“La Somá”, así se llama al cementerio en
La Alberca, la palabra es de origen griego y significa cuerpo. Por tanto el
término responde a su auténtica realidad.
Peromingo en sus altos vuelos por las
Peñas Tiritinas- así llamadas porque con el frío y el aire que suele hacer en
esas alturas ¡a ver quien no tirita allí!- nos trova esto para hacerlo un poco
más llevadero y no tan académico. Y así dice- imitando el famoso epigrama de
Nicolás Fernández de Moratín-:
Admirose un extranjero / al notar con
qué elegancia
El
niño en Sierra de Francia
Habla
tan claro y sincero.
Si
siendo parvo, es pequeño. / Parvulario había en su escuela.
Y
parvas, que la mies vuela
Con
el bieldo de su dueño.
Más
de doscientas un año / se contaron en agosto.
Pequeñas.
Hacían su apaño.
Y
no eran de tanto costo.
Parvas
y bieldo, bien dicho / Y si no entrecomillado.
No
siendo por ser redicho
Que
quedes por mal hablado.
Don
Florindo, maestro de escuela que hace mucho tiempo que no sale por aquí quiere
hacer también una trova de las suyas y se expresa así en torno a la actualidad.
Esto
sí que a mí me extraña / que para hablar en Bruselas
Un
político de España
Sólo
sepa decir “pelas”.
Y
“¡pelas!”,“¡pelas!”,… dando caña.
Y repite
por si cuela / Sin “erres”. Y, más se ensaña.
Afirmando
que en España.
¡Cuántas
más! Mejor te apañas.
-Las
“pelas” era una forma cariñosa de llamar a las perras –no las hembras del
perro- sino a las moneditas de menor valor que tenía nuestra inolvidable
peseta.-
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