LA ALBERCA MONUMENTAL-III- PUEBLO BELLO
PARA REVIVIR, LA ALBERCA
-I I I-
PUEBLO BELLO
Nadie podía decir en la década de los
cincuenta que La Alberca era un pueblo bonito pues enseguida surgía la
comparación –Santillana del Mar, Arcos de la Frontera, Marbella,
Torremolinos,…-
La Alberca era indiscutible en sus
adjetivos: típico e interesante como pocos.
No obstante el pueblo emigraba en
grandes proporciones y los naturales que allí vivían eran espectadores
continuos de la conservación que hacían organismos como Bellas Artes. El cine,
la televisión, el turismo fueron motivo
también que el tipismo y la tradición se
fueran perdiendo. Quedaban acontecimientos y costumbres aisladas de verdadero
valor –las fiestas de Agosto, la Loa, el cerdo de San Antón, la mujer de las
Ánimas,…-Y surge una pavimentación más adecuada a los tiempos actuales. Parece
una broma pero la prohibición que “anduvieran las gallinas por la calle” o que
las cuadras donde vivían junto al hombre –caballos, cerdos, vacas, cabras,…- se
convirtieran muchas de ellas en tiendas de recuerdos, cesterías, o se adaptaran
para otros fines,
dieron lugar a que comenzara una nueva forma de vida.
La juventud no tenía salidas, la
natalidad grande y quienes tenían
huertos, fincas y más medios estaban aferrados a su tradicional forma de
trabajo.
No les agradaba ya a sus menos
habitantes tener que pasar por sus calles con las caballerías cargadas y menos
tener que descargar un camión de paja pongamos por ejemplo.
El pueblo empieza a perder su carácter rural,
aldeano y un niño de Sevilla conoce mejor, pongamos por ejemplo, las
deposiciones de un caballo que los chavalillos que viven en estos lugares
turísticos.
Parece increíble pero la realidad así
es. Y La Alberca ya figura en las mejores guías o libros turísticos como uno de
los pueblos más bellos de España. El escenario se aleja mucho de aquellos
caserones que en algunas calles se daban casi la mano por los aleros de sus tejados y que
las vigas hermanaban a unos y a otros. Se decía si una casa se cae, va seguida
de otras tres o cuatro.
Su construcción era perfecta, aunque algunas de ellas
parecieran desvencijadas…, no se temía a las grandes nevadas.
En estos últimos años se han construido
nuevos hoteles e incluso grandes
complejos como la Abadía de los Templarios que ofrecen excursiones, cursos de
inglés, con sus diferentes actividades de recreo y ocio.
La Alberca ha ido pasando de unos a
otros adjetivos, aunque sigue manteniendo el embrujo de villa medieval.
Recobra
al máximo su adjetivo de Tipismo tradicional cuando a sus habitantes de dentro
o de fuera les surge la ocasión:
Un día de Semana Santa , del Corpus, de
una boda, del 15 de Agosto, del atardecer diario del toque de la campanilla de Ánimas,…
Son motivos especiales para que La Alberca reviva su pasado de “villa
ancestral”.
Y hoy con su vida diaria, con su
arquitectura, ambiente y tradición hace que sea
calificado como un de LOS PUEBLOS
MÁS BELLOS DE ESPAÑA.
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