ENTRE
EL TIPISMO Y COLORIDO, LA PROFUNDA FE RELIGIOSA
Esta es la auténtica Semana Santa
albercana, la que nosotros añoramos y tantos llevamos en nuestra memoria, en
nuestro recuerdo, en nuestra realidad.
La imagen de esta señora, con sus
arrugas bien marcadas, cara de preocupación y fe. El hacha, el rosario en la
mano, su atuendo negro, son los rasgos más característicos de esta semana de
Pasión.
En otra imagen, vemos desfilar en
perfecta armonía a estos serranos con sus capas negras y con la máxima dignidad
de una fe consistente. Caminan con el
mismo porte que realizan los cardenales de la curia romana. Llevando en el
sangrante atardecer del horizonte la mejor reproducción del dolor y
acompañamiento del entierro del Hombre bueno.
Quien quiera vivir la realidad de estos
momentos, póngase a un lado de la calle mientras pasa la procesión, permanezca
en silencio, no pierda un solo detalle con su mirada, viendo este cortejo
fúnebre que realizan los naturales de nuestro singular pueblo.
Al paso de las imágenes si se santigua y
hace una leve inclinación con la cabeza
o sentida genuflexión comprenderá la fe
de estas gentes que todas las semanas santas vienen ofreciendo de un terrible
calvario, que más tarde será Gloria y
resurrección.
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