martes, 22 de noviembre de 2016

LAS HOJAS CAÍDAS DEL ÁRBOL. ES OTOÑO






























LAS HOJAS CAÍDAS DEL ÁRBOL. ES OTOÑO
“Las hojas caídas del árbol, juguetes del viento son,…”
Han llegado las lluvias y por fin han caído al suelo. Son las últimas, las más seguras y fuertes que permanecían sujetas a las ramas del castaño, del nogal,… Mientras las más primerizas iban de un lugar a otro del suelo, remolinándose en agradables sonidos.
Hoy las hojas, apenas se cogen. En tiempos pasados se llevaban en banastos o serones a las  cuadras para mezclarse con los excrementos  de los animales, cerdos, vacas, caballos,… Recuerdo cuando se extendían algunas cargas de hojas delante de las viviendas y los transeúntes pisábamos al pasar, depositándose al mismo tiempo los excrementos que dejaban algunos animales al pasar por el lugar. La malicia de los niños consistía en tirarse puñados de hojas hasta que eran recriminados.
Después, las cargas de hoja se metían y desparramaban –bonita y significativa palabra en sentido de extender- por  el suelo de las cuadras. El proceso iba a ser lento, unos seis meses. Y cuando ya estaba formado el vicio –palabra muy propia de La Alberca-, este se transportaba en banastos o serones al campo. Los suelos  de los huertos y fincas en La Alberca eran generalmente pobres en materia orgánica; el estiércol nuevamente se desparramaba  e iba a contribuir para  que el campo se abonara de esta forma tan natural.
El arado, el surco, el sembrado, y el riego tantas veces solicitado hasta por turnos nocturnos iban a  producir el milagro que las patatas, tan mal pagadas al agricultor, fueran únicas las de La Alberca, por su excelente calidad.
Las hojas, los excrementos. / Cuadras para fermentar/ Y…  ¡Déjate ya de cuentos! / Han hecho que las patatas/ sean dignas de mencionar.
Y las hojas, las caídas hojas, muertas y esqueléticas  del  árbol, nogal y castañar preferentemente, han contribuido para que se realice este proceso  de abono de sus empobrecidas tierras  con la mayor naturalidad posible.

-fotos de Marcelino Barés-





















































































































-Albercanas con pendientes,Ángela.

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