LA
SEÑAL QUE MARCA EL VIENTO
-DE
LAS VOCES DEL SILENCIO-
“¡Mira,
parece que se está nublando! Cierras la ventana; te cobijas de las primeras
gotas debajo de un árbol. ¡Ten cuidado, puede venir tormenta..! Que aún es
otoño y podría caer un rayo.
Si
estás en pleno campo, escuchas el va y
viene del sonido de una campana. La señal llega débil pero anunciadora Y te
aclaran a tu lado, si las campanadas eran tantas ha muerto un hombre o una
mujer. Queda la duda en el aire y en la conversación. Ha sido el viento quien
nos ha enturbiado su son.
Y
el campesino, poniéndose las manos sobre la barbilla nos dice el aire viene de la Peña del Huevo, puede que llueva. Pero
este parece que viene de la parte del Portillo.
Es
tiempo de pensar, de confinamiento. De tratar de parar ese atroz camino que
sigue el virus.
¡Asamos
un puñado de castañas!... ¡Asamos un puñado de castañas!
Mientras
yo me acerco donde El Fraile a pedirle una botella de aguardiente
¿Una
botella? Sí, una botella.
Pues
tú sabrás la que se puede liar. ¡La que se puede liar!
-Es
una manera albercana de acabar con el virus. Tú, lo has dicho y basta.
Mientras…..
Un
grupo de mujeres, arrebujadas en sus largos mantos y convenientemente separadas,
pasan por las calles del pueblo desgranando, misterio a misterio, su peculiar
forma de rezar el rosario. Pasan junto a una cuadra-pop de luces de colores,
donde un grupo de jóvenes escuchan músicas roqueras. En el Cemento los niños
saltan a la cuerda y canturrean la canción del momento:
Guarda
la distancia /Guar-da la dis-tan-cia
Con
mascarilla más sanos./ Con mas-ca-ri-lla más sa-nos
-Más
sa-nos con mas-ca-ri-lla--Más sa-nos con mas-ca-ri-lla-
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