LAS TIQUILITRESAS
Es el nombre que
le da nuestro amigo Andrés Barés a las llamadas también “tiquilitracas”, -”tiqui/tí--tiqui/tá”-,
según las conocíamos de pequeños en nuestro pueblo. Andrés ha salido por los campos
de La Alberca y se ha traído unas cuantas “cañivetas o cañibetas” a su casa. Y
con paciencia y una navajita ha hecho esta curiosa tiquilitresa que nos ha
gustado. Andrés de pequeño vivía en lo alto del Barrionuevo y yo en la parte
baja del Tablado, eso no era obstáculo para que en ciertos momentos nos
reuniéramos con más amigos en lugares
claves como El Cemento, El Solano, Las Eras o en la Plaza.
Nuestras
inquietudes musicales empezaban aporreando con un palo la puerta de la cuadra
de una casa, hasta que alguien nos cortaba: ¡Niños! ¡Queréis de dejar de dar la tabarra con ese trozo de palo de escoba! ¡Ya está bien de aporrear! Entonces
sacábamos nuestra tiquilitresa y con un movimiento de ambas manos, el fino
chocar de las cañas era bien admitido.
Cuentan que
cuando los hombres albercanos salieron
para Ciudad Rodrigo a defender a Isabel en contra de la Beltraneja, se llevaron al tamborilero para
que encabezara las tropas albercanas. Pero, después de la hazaña de las mujeres
albercanas dándoles caña y aceite
caliente a las tropas del portugués Prior de Ocrato, cuando estas regresaron
con su conquistado pendón al pueblo, fueron recibidas con canciones y vivas por
parte de los niños que amenizaban el ambiente con cientos de tiquilitracas /
triquilitresas, mientras las niñas cantaban:
“Que se note,
que se note / La hazaña de las mujeres / Que el de Ocrato y sus peleles/
tuvieron que darse el bote.//
“El dar caña”
tampoco está mal por aquí por Cádiz, en este caso a los franceses.
Y esta caña se
conserva y reserva para las romerías. Cortan una laja por mitad de la caña y traquetean con ella con atinado
ritmo canciones como esta: “Vámonos para el rocío / de las Majadas serranas /
Con arte y mucho brío /toros, loa y muchas cañas.-1-
Cañas=
palitroque y bebida refrescante y animadora.-sin-
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