DICEN CUENTAN Y
CONTARON DEL PÚLPITO DE LA IGLESIA
Estas historias PARA DÍAS DE LLUVIA, eran muy propias para estar sentados en un tajo de tres patas al calor de la lumbre del suelo. Te emocionaban, te embebían más que una película en el tercer piso del Teatro Bretón. Pero tenías que tener cuidado no siendo que el de tres patas se inclinara
¡Va una copita de aguardiente con unas obleas...! ¡Va! que nos perdone el lector, si se le hace la boca agua... el aguardiente hoy por hoy no llega para las largas distancias.
-¡Oye chica, ven que te lea lo que nos dice el Isidro por la pantalla! Ah, sí ese era el hijo de Don Luciano.
RELATAMOS
Decimos de la
iglesia porque al parecer hubo otro que cuentan predicó allí San Vicente
Ferrer, creo que estaba en la ermita de San Blas
El Púlpito de la
Iglesia es una valiosa pieza de piedra policromada. Lo tenemos bien descrito
aquí en nuestro blog.
Pero el caso que
nos referimos es que cuentan que quisieron llevárselo, encajaría perfectamente
en la Catedral de Santiago de Compostela.
Pero Santiago “compóstelas
como puedas” que en La Alberca temían que llegara un camión y se lo llevaran.
¿Habría habido venta o donación?...” El rumor corrió por el pueblo, según
cuentan las historias y algún viejo del lugar oyó relatar.
El suceso sería
por las cercanías al siglo veinte.
Cuentan que los
albercanos hicieron guardia día y noche. Nos imaginamos con horcas, corvillos, palas
o picos de cavar la tierra,..
“¡Me cachis las
venas, como venga por aquí algún forastero se va a enterar o enterrar p´a la
Somá!”
Las guardias,
los ojeos y los sospechos hicieron efecto. Y
hoy gracias aquellas valentías cuando algún atrevido turista se acerca “demasié”,
o quiere subir por las escaleras a echar algún sermón, puede que baje entre
miles de miradas.
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