miércoles, 7 de agosto de 2024

COSTUMBRES DE ASÍ EN LA CALLE COMO EN EL CIELO--- MOZO NUEVO.. Y… LA GORRA… “CAPÁ”---


 
















COSTUMBRES DE ASÍ EN LA CALLE COMO EN EL CIELO

MOZO NUEVO..

                Y… LA GORRA… “CAPÁ”

 

Una de las costumbres más curiosas que había por allá por la década de los cincuenta; mientras  se esperaba la llegada del toro, y se habían sacado algunas “pesetillas” de la siega (Durísima siega de aquellos tiempos y por los vastos  campos de Castilla, vastos con uve que con be el juego es diferente)

Pues bien, esa costumbre era, que el muchacho de la casa ya se ha hecho un hombrecito. Entonces, para quedar bien con él ya que ayudaba mucho a las faenas de la casa,  era comprarle una “navajita”-mango de madera-, donde la Tere la  Pilata, o Poli el padre de Remundín; y después una gorra  “en cá” la Benilde, del señor Honorio; en esos sitios como en Domingo Mecu se podrían también comprar unas cuantas docenitas de “cubetes” para  que la Ofrenda fuera bien “soná”- al estilo del correr de la pólvora de los moros, -“pa´ que me entiendas”, según la marca de su procedencia.

Pues bien, llegaba el amiguete todo contento al Cemento, muy orgulloso con su gorra nueva. Al instante, el ojeo malicio de los amiguetes cambiaba la historia: ¡Mira la gorra… sin capar! ¡A eso no hay derecho! Y comenzaban los tanteos: “¡A onde las comprao”! Sobraban explicaciones. Un manotazo, sin querer, y la gorra había desaparecido con los enfados del novato. ¡Cómo verás hay que caparla como aquí se ha hecho con todas!

 Enfados. Lloriqueos. Discusiones. El no te pongas así, tío.,..

Y de pronto… la gorra estaba capada y había que aguantarse. La suerte es que eras ya, uno igualito a todos  los demás. Y a esperar al coche de línea, que venía  cargadito, hasta la baca, parte de arriba llena de gente.

Brazos. Empujones. Gorrazos por  detrás y todos cantando Tablao adelante: “Tiene la tarara, unos pantalones, que de arriba abajo todo son botones. La ta ra ra sí,la tarara no Y ya…a repartirse por todo el pueblo.

Se había bautizado una gorra en el cemento y quizás alguna que otra copla podía surgir. Porque en La Alberca había muchos y buenos copleros/ eras.

¡Ay! ¡Quién se ponga a llorar!.. / Porque le capen la gorra / Lo tendrá que soportar / Y sino mejor ¡que corra!./     / Capao es tener posición. /

Veterano era en la mili / Y en el pueblo distinción / de la Manoli, la Pili / y de tener cabezón./ Llamarse si puede Wily / Y ser algo más del montón,

Hasta aquí copla y relato  que relató nuestro amigo Peromingo con una clásica salida de las suyas

Quien al ver la gorra que nos acompaña no tenga tentaciones; tijera en mano…seguro que no es un clásico albercano de las bromas







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