Escenas y costumbres de un pueblo de Castilla
-La llegada del coche de línea-
Uno de los acontecimientos más significativos de la vida albercana de la década de los cincuenta era la llegada del coche de línea que solía ser sobre las siete y media de la tarde con el comienzo del atardecer y por tanto el abandono de ciertas faenas del campo. Paraba en la curva del comienzo de la carretera que va a Mogarraz. Los chiquillos íbamos a esperarlo algunos días al Arrol´huevo; como la carretera no estaba asfaltada si podíamos nos agarrábamos a la escalera de atrás del coche o íbamos corriendo detrás de él tragando nubarrones de humo y polvo. Cuando llegaba el coche se producía un inquietante murmullo en la explanada (había quienes hasta silbaban) y se empezaba a curiosear a ver quienes venían de la capital o se habían ido a hacer la permanente a Tamames. La época más significativa era antes de los días de La Fiesta con la llegada de los segadores que solían venir sentados en la parte alta del coche.Los saludos, besos, abrazos y "el que me traes" se compartía con todo el mundo o se pedían las almendras si alguien venía de alguna feria.En algunas ocasiones se tiraban hasta cohetes. Vitor era el conductor y el Churrero el dueño. Vitor , del que se dice que nunca tuvo un accidente de carretera, vigilaba que los niños no le pusiéramos piedras a las ruedas del coche y si te acercabas a ellas un poco más de lo debido te saludaba con un pequeño tirón de orejas.La gente después se repartía por las calles de la entrada acompañando a quienes habían llegado.
Leyendas poetizadas
-De la mujer de las Animas-
Cuentan que en una ocasión
Que hubo un fuerte temporal
La mujer y...¡esto chitón!
No pudo hacer –natural-
Pese a su gran devoción
La salida habitual.
Más de pronto...¿oyes?,..¡qué calles!
¿no escuchas?...¿Eso es mi mente
o alguien viene de jarana?
Y en todo el pueblo la gente
Oyó un sonido especial
Correr por sus bocacalles
Locamente la campana.—Isibe---
No hay comentarios:
Publicar un comentario