VIDA Y COSTUMBRES EN LA ALBERCA: DESCUBRIMIENTOS QUE NUNCA TUVIERON ÉXITO
La fábrica de descubrimientos de los años cincuenta de los niños de La Alberca se surtía de grandes y nobles invenciones. Nunca tuvieron el éxito deseado quizás por falta de medios económicos pues los imaginativos no faltaron.. Entre los más notables que recordamos merecen la pena re-lanzar.
Las banderillas de palos de zarzas: A parte de las moras que servían para alimentar nuestra imaginación, cuando no para manchar la ropa (la mancha de una mora con otra mora se quita, dice el refrán y cuando fallaba solucionaba el correspondiente cosquis). El cortar ramas de zarzas quitando unas cuantas púas para la parte que se cogía con las manos, constituían un buen aliciente para alegrar al torito-niño humano que portaba un palo curvo bien aguzado por ambos lados. Las banderillas de zarzas se clavaban perfectamente en el jersey y si llegaban más profundo”jerían”, ese era el verdadero fin. Fue una pena que la idea no lográramos comerciar y exportar como también...
La cometa de la Peña el-Huevo: Al principio fue idea para los grandes días de viento. Para eso íbamos primero una tarde de merienda a lo alto de la Peña y estudiábamos las posibilidades de lanzamiento. Después de un buen estudio del terreno en nuestra imaginación quedó la idea que una gran cometa hecha de cientos de palos de cañahejas( para nosotros más familiar y suena mejor “cañivetas”), por su poco peso, podría ser un buen medio de transporte para llevar a todos los niños de las calles colindantes del Tablado hasta la Plaza del Solano ( allí comenzarían las eternas peleas con el Eje La Barrera-El Castillo) y se iniciaría una nueva conquista del pueblo. Las peleas nunca faltaron-a nueces, a piedras o a lo que fuera- pero la idea-transporte era por aquel entonces irrealizable.
El carro de madera: Tuvo buen éxito. Nos lo hizo un carpintero llamado Manolo. Pablo pensó ponerle freno y los demás que tirara de él la burra de don Isidro así íbamos todos montados. Pero las ruedas se movían mucho y el pueblo no estaba preparado por aquel entonces para una realización de tan alta magnitud.
Emborrachar lagartijas: A parte de la curiosidad que mostrábamos cuando perdían el rabo y este no dejaba de moverse (había quien decía que era maldición divina). Coger una lagartija, hacerla tragar tabaco y contemplar después sus torpes movimientos si era una distracción de profundas inquietudes y ganas de juerga.
Carreras de moscas: El quitarles las alas a una mosca y hacer competiciones en el poyete de una calle a ver cual corría más era una distracción de alta competición local en días de tormenta,, castigo o aburrimiento.
Zancos para gatos: Los zancos con troncos de madera eran habituales para días de lluvia. Pero como no había inundaciones proliferaban poco entre los mocetes. La idea aquí estaba en echar pez a unas cuantas cáscaras de nueces y plantárselas a las patas de un gato. Y así corrían a veces rumores por el pueblo que en cierta casa y a media noche habían escuchado extrañas pisadas y podían ser ladrones... ---ISIBE---
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