LA ALBERCA EN 1911 –I V-
PULIR EN LA ALBERCA
“Pulir, en La Alberca, es colgar en
balcones y ventanas ¡Y qué nobles son las colgaduras y cuántos guapos ponen aquellas devotas
mujeres! Una colcha de color; encima una
sábana de ancha puntilla; encima una toalla; encima un paño bordado y encima
otro y otro, y así todas las calles.
Se oye el tamboril, y la procesión pasa
por la plaza y entra por la calle del Tablado.
Dos largas filas de chicos, con el
maestro a la cabeza; un pendón, varios estandartes, unas niñas vestidas de
blanco, otras con su traje de fiesta y larga y flexible mantilla redonda a la
cabeza, hombres con capa y “enguarinas”, el Santísimo, y detrás…detrás lo más
interesante, lo más típico, lo más conmovedor: mujeres y mujeres del pueblo,
todas con su larga mantilla; las más, con el rosario n la mano y rezando en
alta voz (…)”En la calle del barrio Nuevo, un altar improvisado ante una
fuente. La procesión llega , se canta el tantum ergo, que todos escuchan de
rodillas y la procesión regresa al templo, en derredor del cual hay otros
altares.”
EL ENTIERRO DE UN NIÑO
“Terminada la procesión pasa por la
plaza el entierro de un niño. Cuatro chiquillas cubiertas, con la mantilla del
país, llevan las andas, sobre las que va descubierto el pobre cadáver del niño,
al que han adornado con algunas flores. Detrás siguen unas mujeres que nunca
estarán más en carácter.
Bajo el baldaquino de la iglesia se dice
el responso, se ofrenda un pan de libra y una vela, y sigue la conducción al
cementerio.”
AL CAER LA TARDE
Al caer la tarde se organiza un animado
baile en la plaza, luciendo las muchachas sus mejores galas. Durante un buen
rato bailan las muchachas, mientras los mozos beben vino y charlotean a la
puerta de la taberna.
Cae el sol y los mozos se
envalentonan protegidos por la
oscuridad. Primero salen dos que llaman a dos muchachas y bailan con ellas tres
mudanzas (bailes), luego otras y otros, hasta que el tamborilero repiquetea u
galop y comienza la desbandada”.
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