miércoles, 11 de marzo de 2020

EL CRISTO DE LA VERDAD -EN EL INTERIOR DE LA IGLESIA PARROQUIAL-

























         

               
                      EL CRISTO DE LA VERDAD

En la iglesia de La Alberca. / -Casi, casi catedral-.
            ¡Fijaros! Si no habéis visto
            Este hermosísimo Cristo
¡Seguro que os va a mirar…!
            ¡Acercaros más de cerca!

Conmovedor, por hermoso / Pero al tener que rimar
            ¿Podría  yo descifrar?
            El ¿por qué? será dichoso.

Para redimir al hombre. / Aquí, está la señal.
            Tuvo esta muerte abismal:
            Morir peor, que cualquier hombre
Por tanto, no nos asombre: / Este penoso mirar.























Lo llamo: De La Verdad. / -En La Alberca es del Sudor-
            ¿A quién no le da piedad?
            Ver así al Gran Señor.

Brillo, para deslumbrar. /Y si lo miras de frente.
            Algo te dice ¡Detente!
¿No ves su sangre brotar?...

El costado, destrozado. / Imagen ¿De eternidad?.
            Redimir, es su mensaje
            Con tan inmensa bondad
Que…¿Quién no queda impresionado?....

            ¡Por qué nos falta coraje…!

Lo primero es desclavar. / Que no quede esa impresión
            Que le podría dañar.
            Y arrancarle  el corazón.
De esta mala humanidad / Que su afán siempre es clavar
            Y Él, pidiéndonos perdón.


“A  la memoria de Pablo Puerto, dominico, que donde quiere que esté -los cristianos llamamos Cielo-seguro que tiene este Cristo en su mente. Los últimos años de estar con nosotros, Pablo  perdió el habla. Pero el mensaje de Cristo lo transmitía con su sonrisa y alegre mirada”

--El 16 de septiembre de 1655, sudó sangre ante una peregrina.
--La talla se atribuye a Juan de Juni-


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