EL SALÓN DE LOS CALENTINOS
Corría el final de la década de los sesenta. El tamboril había dejado de ilusionar los domingos con la Campanera y los bailes agarrados.
En el cine Don Saturnino nos ponía Morena Clara, Nobleza Baturra y en las escenas comprometidas el dedo seguido de un buen coro de silbidos. Sergio vendía sus famosos pirulíes.
Gabi había abierto el salón de la Plaza con discos y una buena animación. Estaban de moda los discos de Fundador (está como nunca el coñac que mejor sabe...).
Pero para los días de fiesta se había estrenado el salón de los Calentinos, estaba junto a la parada del coche de línea.
El ambiente desde fuera está aquí bien reflejado aunque la audición no sea muy buena.
La bombas y cohetes llegan desde la Plaza. El autocar de la excursión toca su claxon porque nadie se quiere ir.
“Adios linda Candy”, “Melancolie en septiembre” eran las canciones que más estaban de moda y la orquesta se afanaba por hacerlo todo lo mejor posible.
Contrastan estas imágenes de hoy con aquellos lentos y ruidosos sonidos de ayer.
El Salón de los Calentinos trajo el modernismo, el cambio del agarrao de la plaza a los nuevos sueltos y al salón entraban los adultos para ver con quien bailaban sus hijos/as.
¡Cuidado con los cohetes! En pocos sitios resuenan tanto como en La Alberca y te pueden cargar los altavoces del ordenador, pese a que ya han pasado unos cuantos años...
-CLIC sobre las imágenes para agrandarlas y verlas mejor-
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