jueves, 7 de mayo de 2020

BATUECAS, EL PARAISO. LA ALBERCA, LA GLORIA.




























BATUECAS, EL PARAISO. LA ALBERCA, LA GLORIA.

Salimos de Salamanca, la horizontalidad del campo charro es inmensa. Por tanto, hay que ir muy atentos a la carretera si no queremos que los espejismos de la misma nos adormezcan. Llegar al Cabaco comienza a cambiar el panorama y en el Casarito ya es evidentemente total con la inmensa mole de la Peña de Francia. Peña Carbonera. Peña del Huevo y los continuos valles que van formando El  Río Francia, El Arrol´huevo. Domina ya la verticalidad. El castaño. El nogal. Y del siglo XX para acá pinares que invaden pequeñas lomas y atrevidos montes.
El castaño y el nogal habían dado un microclima especial a toda esta comarca. El castaño enfermó y muy pocos se renovaron, la “tinta” fue devastadora”. Hace unas cuatro décadas, por influencia de don Isidro Marcial Escribano, catedrático de Ciencias del Instituto Fray Luis de León, que venía a las Batuecas a la caza de un tipo de mariposa propio de este valle, comencé a coleccionar plantas y hojas. Es admirable como con el tiempo pasado puedo mostrar algunas de estas imágenes tan bien conservadas. Sería conveniente que el relevo lo hiciera otro bachiller actual, para ver si dentro de cuatro décadas quedan estos árboles que rodearon todo el contorno del pueblo.
Pasar por la Senjá, desde la Huerta la Chanca hasta la llamada casa Marín me ocasionaba un miedo especial, sobre todo por los altísimos nogales que tapaban la carretera. Sus ramas se movían que temías que te fueran a elevar al cielo, apareciendo monstruos gigantescos que te pudieran moler a “nuezazo” limpio. Tiempo al tiempo.








































































































































































Lo siento que la calidad de la foto no tenga el color deseado

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