Y seguían las posibles desconfianzas, especulaciones y miedos por lo que pudiera ocurrir a ciertas cosas de valor. “Ya en 1905-cuenta el P. Hoyos- tuvo lugar el robo de la iglesia. Lo principal del latrocinio lo constituyó el valioso viril o antigua custodia con esmaltes del siglo XII. Era la gran joya del templo. Ya indicamos que fue a parar al Museo del Louvre, en Francia. El terno que sustrajeron era de terciopelo encarnado, con bordados en oro e imaginería. Se llevaron capa, casulla y paño. Así mismo la capa coral, la casulla y el paño del facistol, con un cáliz de gran mérito. Tal fue el robo de la iglesia parroquial albercana, que tuvo triste celebridad y resonancia”
Con estos antecedentes no es extraño poner precauciones ante posibles y nuevas desconfianzas, por lo que…
Los planes ¡”na” de chiquitas!
Yo del Solano Cimero
Abajo Las Espeñitas.
Tú vigilando la Puente
Hasta la Esquina el Tornero
¿Y al Tablao? ¡Allá más gente!
Dicen que han visto un “cambión”
¿Un cambión? ¿Lleno de paja?
No, que llevaba la caja
Toda llena de ladrillos
Ahí, seguro, que el que raja
Veía iban los pillos.
Y en vez de poner madera
Ponían ya ves la…(drillos)
Y recubrían por fuera.
De todas maneras, pensando en la inmensa mole, como para menearla así por las buenas.
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