OFICIOS
PERDIDOS: CESTERO
DONDE HAY UN
OFICIO NACE UN JUEGO DE NIÑOS
El cestero por
lo general trabajaba en la calle y así le veíamos como entrelazaba las tiras de
castaño con sumo cuidado y gran habilidad.
Los banastos
eran muy necesarios en la vida del pueblo servían para guardar cosas, subirse
encima de ellos cuando no se llegaba a cierta altura y sobre todo para transportar cosas dentro de
ellos, embutidos, todo tipo de frutas,…Los veías por lo general en un rincón en
las cuadras.
El último
cestero que conocí pero trabajando con mimbre fue Isidoro, conocido por ser el
marido de la Ramoni.
Hacer una cesta
era permanecer un buen rato de pie y dando
vueltas alrededor de la mimbre.
Con tiras de
castaños el trabajo era diferente y podías estar de pie. Las tiras humedecidas
eran más sensibles que si estaban secas y se podían partir.
¿Pero qué pasaba
con los deshechos de las tiras? Se amontonaban un montón y los niños las cogían
y había que inventarlas para algo. El juego más sencillo y eficaz era chocar
las tiras de castaños que estuvieran mojadas contra la parte superior de un
poyo de la calle.
¡Dale niño, dale!¡Sonaban como cohetes! Ganaba
la que más fuerte se oía y asustaba las personas mayores.
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