VISTAS AL MAR -- DESDE LA PEÑA DEL HUEVO
DE LA ALBERCA- SE
ESCUCHA EL MAR
Estábamos
escuchando el programa “Vistas al mar”
de radio nacional y al mismo tiempo medio discutiendo si era preferible en
verano ir al mar o a la montaña.
Como estábamos
en La Alberca, pueblecito salmantino de la Sierra de Francia, decidimos hacer
una excursión al lugar llamado de por allí, La Peña del Huevo.
Escuchad- nos
dijo un amigo-desde allí, no solamente
se ve el mar, mejor dicho el Océano Atlántico en su raya màs lejana con la
terminación con Portugal y su próxima Sierra de la Estrella. Además, os diré
que se escucha el Océano Atlántico; es un fenómeno verdaderamente curioso pero si venís conmigo lo podéis comprobar.
¡Se escucha!
-¡Vamos anda, le
dijimos eso cuéntaselo a otros! Se va a escuchar el mar, sí, sí. Bueno mañana
lo veremos.
Al día
siguiente, decidimos hacer esa bonita excursión. Uno de nuestros amigos se
llevó una Cometa de buenísimas dimensiones y nos invitó a volar sin movernos
del sitio. Era fabuloso ver como el artilugio se elevaba y nuestro amigo nos
relataba por los lugares que se desplazaba.-¿Mirad. Mirad, estamos pasando por
el cielo de La Aberca y el pueblo es fabuloso verlo desde tan alto. Miranda, El
Soto, Tamames,… El adelantado del grupo
dijo que mejor sería verlo desde un dron-Pues ya sabes, la próxima te toca
traerlo a ti. ¡Vale! Pues sí.
Llegó el momento
de sacar de la mochila varias capaduras de chorizo, medio queso bien curado, el
pan y las cantimploras de vino.
El paisaje es
delicioso para saborear al mismo tiempo una buena merienda y también una buena
compañía.
Mas de pronto nos
acordamos del reto: ¡Oye tú, no decías que se escuchaba el mar, verlo en la
lejanía se ve su reflejo!. Pero escucharlo, eso es una bola tan grande como
esta Peña del Huevo que tenemos debajo.
¡Gentes, de
buena fe, no dudéis de mi! Metió su mano en la mochila y nos supusimos ahora va
a sacar el móvil y… ¡A ver que va hacer! Pues no, señores pues no, nos habló de
la inteligencia artificial,…¡Vale déjate de rollo ya! Sacó unas cosas blancas
redondeadas y nos dijo. Ya podéis ponerlas en vuestros oídos. ¡Fabuloso, de
verdad, se escuchaba el mar! Estábamos
impresionados. Manolo, dimos la verdad: ¿Dónde las venden…? ¿Las ¡Caracolas
decís!...En las tiendas de los chinos y más sofisticadas en tiendas
especializadas que después os diré..
Lo que parecía
un cuento, no, no, no lo fue. Fue
nuestra ignorancia, el no saber que sorpresa nos esperaba: Escuchar el Mar en
La Peña del Huevo de La Alberca. Un milagro ¡A que sí! Pues sí.
Y a treinta
metros pies, camino del cielo, de la Peña de Francia.
RECAPITULACIÓN:
“Con este relato, amigo, al Isidro yo lo mato”
Para podernos
matar tenías que dejar de ser loista y poner “le”,su salvación, para qué te
pueda seguir otro día contándote otros. ¡Vale! ¡Hay que ser “leista”, de leer,
leer, leer…lo demás nos lo da nuestra tierra, como a los andaluces el ¡Quillo!
¡Quillo!
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